2/7/07

XVIII. Tema - El vivir en la verdad y el respeto de la fama (octavo mandamiento)

1. La veracidad.
2. El derecho a la buena fama.
3. Aplicaciones prácticas.

XVIII. Tema - El vivir en la verdad y el respeto de la fama (octavo mandamiento)

1. La veracidad.
“El octavo mandamiento prohibe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo” (2464).
2464 El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo. Este precepto moral se deriva de la vocación del pueblo santo a ser testigo de su Dios, que es y que quiere la verdad. Las ofensas a la verdad expresan, mediante palabras o actos, una negación a comprometerse en la rectitud moral: son infidelidades fundamentales frente a Dios y, en este sentido, socavan las bases de la Alianza.

“La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana, tiene por nombre veracidad, sinceridad o franqueza. (...) Consiste en mostrarse veraz en los propios actos y decir la verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía” (2468).
2468 La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana tiene por nombre veracidad, sinceridad o franqueza. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero en sus actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía.

La verdad es exigida en la relación con Dios, que es la Verdad (2466),
2466 En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó toda entera. "Lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14), él es la "luz del mundo" (Jn 8,12), la Verdad (cf Jn 14,6). El que cree en él, no permanece en las tinieblas (cf Jn 12,46). El discípulo de Jesús, "permanece en su palabra", para conocer "la verdad que hace libre" (cf Jn 8,31-32) y que santifica (cf Jn 17,17). Seguir a Jesús es vivir del "Espíritu de verdad" (Jn 14,17) que el Padre envía en su nombre (cf Jn 14,26) y que conduce "a la verdad completa" (Jn 16,13). Jesús enseña a sus discípulos el amor incondicional de la Verdad: "Sea vuestro lenguaje: `sí, sí'; `no, no'" (Mt 5,37).

y con los demás, pues sostiene la confianza en que deben basarse las relaciones humanas (2469).
2469 "Los hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad" (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 109, 3 ad 1). La virtud de la veracidad da justamente al prójimo lo que le es debido; observa un justo medio entre lo que debe ser expresado y el secreto que debe ser guardado: implica la honradez y la discreción. En justicia, "un hombre debe honestamente a otro la manifestación de la verdad" (S. Tomás de Aquino, s.th. 2-2, 109,3).

La contradicción básica de la verdad es la mentira, que “consiste en decir falsedad con intención de engañar” (2482),
2469 "Los hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad" (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 109, 3 ad 1). La virtud de la veracidad da justamente al prójimo lo que le es debido; observa un justo medio entre lo que debe ser expresado y el secreto que debe ser guardado: implica la honradez y la discreción. En justicia, "un hombre debe honestamente a otro la manifestación de la verdad" (S. Tomás de Aquino, s.th. 2-2, 109,3).

cuya gravedad “se mide según la naturaleza de la verdad que deforma, según las circunstancias, las intenciones del que la comete, y los daños padecidos por los que resultan perjudicados” (2484)
2484 La gravedad de la mentira se mide según la naturaleza de la verdad que deforma, según las circunstancias, las intenciones del que la comete, los perjuicios padecidos por sus víctimas. Si la mentira en sí sólo constituye un pecado venial, llega a ser mortal cuando daña gravemente las virtudes de la justicia y la caridad.

(de suyo leve, puede llegar a ser grave). Una gravedad particular reviste cuando la mentira se comete ante un tribunal –es el falso testimonio-, y más aún cuando media juramento –perjurio- (2476).
2476 Falso testimonio y perjurio. Una afirmación contraria a la verdad posee una gravedad particular cuando se hace públicamente. Ante un tribunal viene a ser un falso testimonio (cf. Pr 19,9). Cuando es pronunciada bajo juramento se trata de perjurio. Estas maneras de obrar contribuyen a condenar a un inocente, a disculpar a un culpable o a aumentar la sanción en que ha incurrido el acusado (cf Pr 18,5); comprometen gravemente el ejercicio de la justicia y la equidad de la sentencia pronunciada por los jueces.
También atentan contra la verdad la vanagloria o jactancia (2481),
2481 La vanagloria o jactancia constituye una falta contra la verdad. Lo mismo sucede con la ironía que busca ridiculizar a uno caricaturizando de manera malévola un aspecto de su comportamiento.

y la adulación, que puede llegar a ser grave si con ella uno se hace cómplice de pecados graves (2480).
2480 Debe proscribirse toda palabra o actitud que, por halago, adulación, o complacencia, alienta y confirma a otro en la malicia de sus actos y la perversidad de su conducta. La adulación es una falta grave si se hace cómplice de vicios o pecados graves. El deseo de prestar servicio o la amistad no justifican una doblez del lenguaje. La adulación es un pecado venial cuando sólo desea ser agradable, evitar un mal, remediar una necesidad u obtener ventajas legítimas.

Por otra parte, no todo debe ser conocido por todos –”el derecho a la comunicación de la verdad no es incondicional” (2488)-,
2488 El derecho a la comunicación de la verdad no es incondicional. Todos deben conformar su vida al precepto evangélico del amor fraterno. Este exige, en las situaciones concretas, estimar si conviene o no revelar la verdad al que la pide.

y en numerosas ocasiones existe el derecho y el deber de la reserva de información. Ello ocurre sobre todo con la vida privada de las personas (2492),
2492 Se debe guardar la justa reserva respecto a la vida privada de la gente. Los responsables de la comunicación deben mantener una justa proporción entre las exigencias del bien común y el respeto de los derechos particulares. La ingerencia de la información en la vida privada de personas que realizan una actividad política o pública, es condenable en la medida en que atenta contra la intimidad y libertad de éstas.

con los secretos profesionales (2491),
2491 Los secretos profesionales -que obligan, por ejemplo, a políticos, militares, médicos, juristas- o las confidencias hechas bajo secreto deben ser guardados, exceptuados los casos excepcionales en que el no revelarlos podría causar al que los ha confiado, al que los ha recibido o a un tercero daños muy graves y evitables únicamente mediante la divulgación de la verdad. Las informaciones privadas perjudiciales al prójimo, aunque no hayan sido confiadas bajo secreto, no deben ser divulgadas sin una razón grave y proporcionada.

y con el secreto de la confesión, que es inviolable (2490).
2490 El secreto del sacramento de la reconciliación es sagrado y no puede ser revelado bajo ningún pretexto. "El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo" (CIC, can. 983,1).

2. El derecho a la buena fama.
Aunque se trata de algo distinto, guarda estrecha relación con la veracidad, porque están en estrecha relación la veracidad y la justicia. Aquí, el principio es que “el respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto” (2477).
2477 El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto (cf CIC, can. 220). Se hace culpable

– de juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo.

– de maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran (cf Si 21,28).

– de calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos.


(Se incluye el término “injusto” porque puede existir una justa pérdida de fama: por ejemplo, con una sentencia penal de los tribunales). Los principales pecados son (2477):
2477 El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto (cf CIC, can. 220). Se hace culpable

– de juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo.

– de maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran (cf Si 21,28).

– de calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos.


- Calumnia: cuando se daña la reputación difundiendo falsedades.

- Maledicencia (conocida con frecuencia como “murmuración”): cuando, sin razón objetivamente válida, se manifiestan defectos y faltas de otros a quienes los ignoran.

- Juicio temerario: cuando, incluso tácitamente, se admite como verdadero un defecto moral del prójimo sin fundamento suficiente. Hay que ser “bien pensado” (2478).
2478 Para evitar el juicio temerario, cada uno deberá interpretar en cuanto sea posible en un sentido favorable los pensamientos, palabras y acciones de su prójimo:

Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo, que a condenarla; y si no la puede salvar, inquirirá cómo la entiende, y si mal la entiende, corríjale con amor; y si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve (S. Ignacio de Loyola, ex. spir. 22).

En la medida en que se haya faltado al derecho a la buena fama, por tratarse de una injusticia, es necesario reparar (2487).
2487 Toda falta cometida contra la justicia y la verdad entraña el deber de reparación aunque su autor haya sido perdonado. Cuando es imposible reparar un daño públicamente, es preciso hacerlo en secreto; si el que ha sufrido un perjuicio no pude ser indemnizado directamente, es preciso darle satisfacción moralmente, en nombre de la caridad. Este deber de reparación concierne también a las faltas cometidas contra la reputación del prójimo. Esta reparación, moral y a veces material, debe apreciarse según la medida del daño causado. Obliga en conciencia.

Aunque con frecuencia es más difícil la perfecta reparación que en cuestiones económicas, hay obligación en conciencia de reparar en la medida de lo posible.

3. Aplicaciones prácticas.
En este tema, tratándose de aspectos prácticos de la conducta, lo que se expone es de aplicación práctica, conforme a la situación concreta de cada uno. Para ilustrar el aspecto práctico, en Surco hay capítulos específicos: “Veracidad”,
567. Hacías tu oración delante de un Crucifijo, y tomaste esta decisión: más vale sufrir por la verdad, que la verdad tenga que sufrir por mí.
568. Muchas veces la verdad es tan inverosímil!... Sobre todo, porque siempre exige coherencia de vida.
569. Si te molesta que te digan la verdad, entonces... ¿para qué preguntas? - ¿Quizá pretendes que te respondan con tu verdad, para justificar tus descaminos?
570. Aseguras que tienes mucho respeto a la verdad... ¿Por eso te colocas siempre a tan "respetuosa" distancia?
571. No te portes como un memo: nunca es fanatismo querer cada día conocer mejor, y amar más, y defender con mayor seguridad, la verdad que has de conocer, amar y defender.En cambio - lo digo sin miedo- , caen en el sectarismo los que se oponen a esta lógica conducta, en nombre de una falsa libertad.
572. Resulta fácil - también ocurría en tiempo de Jesucristo- decir que no: negar o poner en entredicho una verdad de fe. - Tú , que te declaras católico, has de partir del "sí"- Después, con el estudio, serás capaz de exponer los motivos de tu certeza: de que no hay contradicción - no la puede haber- entre Verdad y ciencia, entre Verdad y vida.
573. No me abandones la tarea, no te apartes del camino, aunque hayas de convivir con personas llenas de prejuicios, como si la base de los razonamientos, o el significado de los términos, quedase definido por el comportamiento o por las afirmaciones de ellos.- Esfuérzate para que te entiendan..., pero, si no lo consigues, sigue adelante.
574. Encontrarás gentes a las que, por su obtusa tozudez, podrás difícilmente persuadir... Pero, fuera de esos casos, merece la pena aclarar las discordancias, y aclararlas con toda la paciencia que haga falta.
575. Algunos no oyen - no desean oír- más que las palabras que llevan en su cabeza.
576. Para tantos, la comprensión que exigen a los demás consiste en que todos se pasen a su partido.
577. No puedo creer en tu veracidad, si no sientes desazón, y desazón molesta!, ante la mentira más pequeña e inocua, que nada tiene de pequeña ni de inocua, porque es ofensa a Dios.
578. ¿Por qué miras, y oyes, y lees, y hablas con intención bajuna, y tratas de recoger lo "malo" que reside, no en la intención de los demás, sino sólo en tu alma?
579. Cuando no hay rectitud en el que lee, resulta difícil que descubra la rectitud del que escribe.
580. El sectario no ve más que sectarismo en todas las actividades de los demás. Mide al prójimo con la medida enteca de su corazón.
581. Pena me causó aquel hombre de gobierno. Intuía la existencia de algunos problemas, lógicos por otra parte en la vida..., y se asustó y se molestó cuando se los comunicaron. Prefería desconocerlos, vivir con la media luz o con la penumbra de su visión, para permanecer tranquilo. * Le aconsejé que los afrontara con crudeza y con claridad, precisamente para que dejaran de existir, y le aseguré que entonces sí viviría con la verdadera paz.Tú , no resuelvas los problemas, propios y ajenos, ignorándolos: esto sería comodidad, pereza, abrir la puerta a la acción del diablo.
582. ¿Has cumplido con tu deber?... ¿Tu intención ha sido recta?... ¿Sí? - Entonces no te preocupes porque haya personas anormales, que descubran el mal que no existe más que en su mirada.
583. Te preguntaron - inquisitivos- si juzgabas buena o mala aquella decisión tuya, que ellos consideraban indiferente.Y, con segura conciencia, contestaste: "sólo sé dos cosas: que mi intención es limpia y que... conozco bien lo que me cuesta". Y añadiste: Dios es la razón y el fin de mi vida, por eso me consta que nada hay indiferente.
584. Le has explicado tus ideales y tu conducta, segura, firme, de católico: y pareció que aceptaba y comprendía el camino. - Pero luego te has quedado con la duda de si habrá ahogado su comprensión entre sus no muy ordenadas costumbres...- Búscale de nuevo, y aclárale que la verdad se acepta para vivirla o para intentar vivirla.
585. ¿Quiénes son ellos para experimentar?... ¿Por qué tienen que desconfiar?, me comentas. - Mira: respóndeles, de mi parte, que desconfíen de su propia miseria,... y continúa con tranquilidad tus pasos.
586. Te dan compasión... - Con una total falta de gallardía, tiran la piedra y esconden la mano.Mira lo que de ellos sentencia el Espíritu Santo: "confusos y avergonzados quedarán todos los forjadores de errores; a una serán cubiertos de oprobio". Sentencia que se cumplirá inexorablemente.
587. ¿Que bastantes difaman y murmuran de aquella empresa apostólica?... - Pues, en cuanto tú proclames la verdad, por lo menos ya habrá uno que no criticará .
588. En el trigal más hermoso y prometedor, es fácil escardar carretones de jaramagos, de amapolas y de grama...- De la persona más íntegra y responsable no falta - a lo largo de la historia- con qué henchir páginas negras... Piensa también cuánto han hablado y escrito contra Nuestro Señor Jesucristo.- Te aconsejo que - como con el trigal- recojas las espigas blancas y granadas: la verdadera verdad.
589. Para ti, que me has asegurado que quieres tener una conciencia recta: no olvides que recoger una calumnia, sin impugnarla, es convertirse en colector de basura.
590. Esa propensión tuya - apertura, la llamas- para admitir fácilmente cualquier afirmación, que vaya contra aquella persona, sin oírla, no es precisamente justicia..., ni mucho menos caridad.
591. La calumnia a veces causa daño a los que la padecen... Pero verdaderamente deshonra a quienes la lanzan y difunden..., y después llevan este peso en el fondo de su alma.
592. ¿Por qué tantos murmuradores?, te preguntas dolorido... - Unos, por error, por fanatismo o por malicia. - Pero, los más, repiten el bulo por inercia, por superficialidad, por ignorancia.Por eso, vuelvo a insistir: cuando no puedas alabar, y no sea necesario hablar, calla!
593. Cuando la víctima calumniada padece en silencio, "los verdugos" se ensañan con su valiente cobardía.Desconfía de esas afirmaciones rotundas, si los que las propugnan no han intentado, o no han querido, hablar con el interesado.
594. Existen muchos modos de hacer una encuesta. Con un poco de malicia, escuchando las murmuraciones, se recogen diez tomos en cuarto, contra cualquier persona noble o entidad digna. - Y más, si esa persona o entidad trabaja con eficacia. - Y mucho más aún, si esa eficacia es apostólica...Triste labor la de los organizadores, pero más triste todavía la postura de los que se prestan para altavoces de esas inicuas y superficiales afirmaciones.
595. Esos - decía con pena- no tienen inteligencia de Cristo, sino careta de Cristo... Por eso carecen de criterio cristiano, no alcanzan la verdad, y no dan fruto.No podemos olvidar, los hijos de Dios, que el Maestro anunció: "quien a vosotros oye, a Mí me oye..." - Por eso... hemos de tratar de ser Cristo; nunca caricatura de El
596. En este caso, como en tantos otros, los hombres se mueven - todos creen tener razón- ..., y Dios los guía; es decir, por encima de sus razones particulares, acabará por triunfar la inescrutable y amorosísima Providencia de Dios.Déjate, pues, "guiar" por el Señor, sin oponerte a sus planes, aunque contradigan tus "fundamentales razones".
597. Resulta experiencia penosa observar que algunos, menos preocupados de aprender, de tomar posesión de los tesoros adquiridos por la ciencia, se dedican a construirla a su gusto, con procedimientos más o menos arbitrarios.Pero esa comprobación te ha de llevar a redoblar tu empeño por profundizar en la verdad.
598. Más cómodo que investigar es escribir contra los que investigan, o contra los que aportan nuevos descubrimientos a la ciencia y a la técnica. - Pero no hemos de tolerar que, además, esos "críticos" pretendan erigirse en señores absolutos del saber y de la opinión de los ignorantes.
599. "No está claro, no está claro", oponía ante la afirmación segura de los demás... Y la que estaba clara era su ignorancia.
600. Te molesta herir, crear divisiones, demostrar intolerancias..., y vas transigiendo en posturas y puntos - no son graves, me aseguras!- , que traen consecuencias nefastas para tantos.Perdona mi sinceridad: con ese modo de actuar, caes en la intolerancia - que tanto te molesta- más necia y perjudicial: la de impedir que la verdad sea proclamada.
601. Dios, por su justicia y por su misericordia - infinitas y perfectas- , trata con el mismo amor, y de modo desigual, a los hijos desiguales.Por eso, igualdad no significa medir a todos con el mismo rasero.
602. Dices una verdad a medias, con tantas posibles interpretaciones, que puede calificarse de... mentira.
603. La duda - en el terreno de la ciencia, de la fama ajena- es una planta que se siembra fácilmente, pero que cuesta mucho arrancar.
604. Me recuerdas a Pilatos: "quod scripsi, scripsi!" - lo que escribí no se cambia..., después de haber permitido el más horrible crimen. - Eres inconmovible!, pero deberías asumir antes esa postura..., no luego! 605. Es virtud mantenerse coherente con las propias resoluciones. Pero, si con el tiempo cambian los datos, es también un deber de coherencia rectificar el planteamiento y la solución del problema.
606. No confundas la intransigencia santa con la tozudez cerril. "Me rompo, pero no me doblego", afirmas ufano y con cierta altanería.- Oyeme bien: el instrumento roto queda inservible, y deja abierto el campo a los que, con aparente transigencia, imponen luego una intransigencia nefasta.
607. "Sancta Maria, Sedes Sapientiae" - Santa María, Asiento de la Sabiduría. - Invoca con frecuencia de este modo a Nuestra Madre, para que Ella llene a sus hijos, en su estudio, en su trabajo, en su convivencia, de la Verdad que Cristo nos ha traído.

y, más específicamente sobre sinceridad con Dios y en la dirección espiritual, “Sinceridad”;
323. Quien oculta a su Director una tentación, tiene un secreto a medias con el demonio. - Se ha hecho amigo del enemigo.
324. El polvo y la ceguera de cierta caída te producen desasosiego, junto con pensamientos que quieren quitarte la paz.- ¿Has buscado el desahogo en las lágrimas junto al Señor, y en la conversación confiada con un hermano?
325. Sinceridad: con Dios, con el Director, con tus hermanos los hombres. -Así estoy seguro de tu perseverancia.
326. ¿Un medio para ser franco y sencillo?... Escucha y medita estas palabras de Pedro: Domine, Tu omnia nosti...¨ - Señor, Tú lo sabes todo!
327. ¿Qué diré ?, me preguntas al comenzar a abrir tu alma. Y, con segura conciencia, te respondo: en primer lugar, aquello que querrías que no se supiera.
328. Los defectos que ves en los demás quizá son los tuyos. Si oculus tuus fuerit simplex...¨ -Si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo estará iluminado; mas si tienes malicioso tu ojo, todo tu cuerpo estará oscurecido.Y más aún: "¿cómo te pones a mirar la mota en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que está dentro del tuyo?"- Examínate.
329. Todos necesitamos prevenir la falta de objetividad, siempre que se trate de juzgar la propia conducta... -Tú, también.
330. De acuerdo, dices la verdad "casi" por entero... Luego no eres veraz.
331. Te quejas..., y continúo con intransigencia santa: te quejas..., porque esta vez he puesto el dedo en tu llaga.
332. Has entendido en qué consiste la sinceridad cuando me escribes: "estoy tratando de acostumbrarme a llamar a las cosas por su nombre y, sobre todo, a no buscar apelativos para lo que no existe".
333. Piénsalo bien: ser transparente consiste más en no tapar que en querer hacer ver... Se trata de permitir que se distingan los objetos que hay en el fondo de un vaso, y no de esforzarse en volver visible el aire.
334. Que obremos siempre de tal manera, en la presencia de Dios, que no tengamos que ocultar nada a los hombres.
335. Se acabaron los agobios... Has descubierto que la sinceridad con el Director arregla los entuertos con una facilidad admirable.
336. Cómo yerran padres, maestros, directores... que exigen sinceridad absoluta y, cuando se les muestra toda la verdad, se asustan!
337. Leías en aquel diccionario los sinónimos de insincero: "ambiguo, ladino, disimulado, taimado, astuto"... -Cerraste el libro, mientras pedías al Señor que nunca pudiesen aplicarte esos calificativos, y te propusiste afinar aún más en esta virtud sobrenatural y humana de la sinceridad.
338. Abyssus, abyssum invocat...¨ - un abismo llama a otro abismo, te he recordado ya. Es la descripción exacta del modo de comportarse de los mentirosos, de los hipócritas, de los renegados, de los traidores: como están a disgusto con su propio modo de conducirse, ocultan a los demás sus trapacerías, para ir de mal en peor, creando un despeñadero entre ellos y el prójimo.
339. Tota pulchra es Maria, et macula originalis non est in te!¨ -toda hermosa eres, María, y no hay en ti mancha original!, canta la liturgia alborozada. No hay en Ella ni la menor sombra de doblez: a diario ruego a Nuestra Madre que sepamos abrir el alma en la dirección espiritual, para que la luz de la gracia ilumine toda nuestra conducta!- María nos obtendrá la valentía de la sinceridad, para que nos alleguemos más a la Trinidad Beatísima, si así se lo suplicamos.

los puntos más adecuados variarán según el tipo de asistentes. Sobre el respeto a la fama del prójimo, vid. Camino 442-456;
442. No admitas un mal pensamiento de nadie, aunque las palabras u obras del interesado den pie para juzgar así razonablemente.
443. No hagas crítica negativa: cuando no puedes alabar, cállate.
444. Nunca hables mal de tu hermano, aunque tengas sobrados motivos. -Ve primero al Sagrario, y luego ve al Sacerdote, tu padre, y desahoga también tu pena con él. -Y con nadie más.
445. La murmuración es roña que ensucia y entorpece el apostolado. -Va contra la caridad, resta fuerzas, quita la paz, y hace perder la unión con Dios.
446. Si eres tan miserable, ¿cómo te extraña que los demás tengan miserias?
447. Después de ver en qué se emplean, íntegras!, muchas vidas (lengua, lengua, lengua con todas sus consecuencias), me parece más necesario y más amable el silencio. -Y entiendo muy bien que pidas cuenta, Señor, de la palabra ociosa.

448. Es más fácil decir que hacer. -Tú..., que tienes esa lengua tajante -de hacha-, ¿has probado alguna vez, por casualidad siquiera, a hacer "bien" lo que, según tu "autorizada" opinión, hacen los otros menos bien?
449. Eso se llama: susurración, murmuración, trapisonda, enredo, chisme, cuento, insidia..., ¿calumnia?, ¿vileza? -Es difícil que la "función de criterio", de quien no tiene por qué ejercitarla, no acabe en "faena de comadres".
450. Cuánto duele a Dios y cuánto daña a muchas almas -y cuánto puede santificar a otras- la injusticia de los "justos"!
451. No queramos juzgar. -Cada uno ve la cosas desde su punto de vista... y con su entendimiento, bien limitado casi siempre, y oscuros o nebulosos, con tinieblas de apasionamiento, sus ojos, muchas veces.
Además, lo mismo que la de esos pintores modernistas, es la visión de ciertas personas tan subjetiva y tan enfermiza, que trazan unos rasgos arbitrarios asegurándonos que son nuestro retrato, nuestra conducta... Qué poco valen los juicios de los hombres! -No juzguéis sin tamizar vuestro juicio en la oración.
452. Esfuérzate, si es preciso, en perdonar siempre a quienes te ofendan, desde el primer instante, ya que, por grande que sea el perjuicio o la ofensa que te hagan, más te ha perdonado Dios a ti.
453. ¿Murmuras? -Pierdes, entonces, el buen espíritu y, si no aprendes a callar, cada palabra es un paso que te acerca a la puerta de salida de esa empresa apostólica en la que trabajas.
454. No juzguéis sin oír a las dos partes. -Muy fácilmente, aun las personas que se tienen por piadosas, se olvidan de esta norma de prudencia elemental.
455. ¿Sabes el daño que puedes ocasionar al tirar lejos una piedra si tienes los ojos vendados? -Tampoco sabes el perjuicio que puedes producir, a veces grave, al lanzar frases de murmuración, que te parecen
levísimas, porque tienes los ojos vendados por la desaprensión o por el acaloramiento.
456. Hacer crítica, destruir, no es difícil: el último peón de
albañilería sabe hincar su herramienta en la piedra noble y bella de una catedral. -Construir: ésta es la labor que requiere maestros.


Surco 544, 545, 635, 642, 644 y 645.
544. A veces, algunos piensan que la calumnia no tiene mala intención: es la hipótesis - dicen- con que la ignorancia explica lo que desconoce o no comprende, para darse tono de enterada.Pero es doblemente
635. Mientras interpretes con mala fe las intenciones ajenas, no tienes derecho a exigir comprensión para ti mismo.mala: por ignorante y por mentirosa.
642. ¿Será cierto que - desgraciadamente- abundan los que faltan a la justicia con sus calumnias y, después, invocan la caridad y la honradez, para que su víctima no pueda defenderse?
644. Qué equivocada visión de la objetividad! Enfocan las personas o las tareas con las deformadas lentes de sus propios defectos y, con ácida desverguenza, critican o se permiten vender consejos.- Propósito concreto: al corregir o al aconsejar, hablar en la presencia de Dios, aplicando esas palabras a nuestra conducta.
645. No recurras jamás al método - siempre deplorable- de organizar agresiones calumniosas contra nadie... Mucho menos en nombre de motivos moralizadores, que nunca justifican una acción inmoral.


Bibliografía

Textos básicos:

- TRESE, Leo, La fe explicada (Ed. Rialp), pag. 315-321.

Libros que requieren cierta formación:

- JUAN PABLO II,
- BEATO JOSEMARÍA. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, homilía El respeto cristiano a la persona y a su libertad.
- KNOX, Ronald, Sermones pastorales (Ed. Rialp), pag. 89-94.

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